
asistencia
EL OBJETIVO:
CURAR AL MAYOR NÚMERO
POSIBLE DE NIÑOS


asistencia
EL OBJETIVO:
CURAR AL MAYOR NÚMERO
POSIBLE DE NIÑOS

OBJETIVO
Con el objetivo de no solo curar al mayor número posible de los niños con cáncer, sino curarlos “bien”, es decir sin secuelas y también sin alteraciones psicológicas y sociales a largo plazo, el Dr. Madero trabaja con un amplio equipo multidisciplinar de diferentes ámbitos sanitarios.
NUESTRA DEDICACIÓN AL CÁNCER INFANTIL
El cáncer infantil ha ido adquiriendo a lo largo de los últimos años una importancia progresiva en el ámbito de la pediatría. La disminución de la mortalidad por otras patologías ha otorgado a los tumores un papel cualitativamente muy importante en la patología infantil. Actualmente y a partir del primer año de vida, el cáncer es la segunda causa de mortalidad infantil tras los accidentes (término en el que se incluyen las intoxicaciones accidentales, los traumatismos e incluso recientemente los malos tratos y abusos infantiles).
En nuestro país y desde el año 1980 existe el denominado Registro Nacional de Tumores Infantiles que nos proporciona datos de cuales son los cánceres pediátricos más frecuentes.
En la tabla aparecen la distribución de los distintos tipos de cáncer en nuestro país
TIPOS DE CÁNCER INFANTIL
Las leucemias representan más de la tercera parte de las neoplasias en el niño y menos de un 5% en la edad adulta. Los cánceres infantiles tienen generalmente localizaciones anatómicas profundas, no afectan a los epitelios y no suelen provocar hemorragias superficiales ni exfoliación de las células tumorales y por tanto, algunas de las técnicas del “screening” que se utilizan en adultos no resultan eficaces. Así en la mayoría de los casos el diagnóstico del cáncer infantil, se realiza de forma accidental y también en muchos casos en fases avanzadas de la enfermedad.
DIFERENCIAS ENTRE EL CÁNCER INFANTIL Y EL DE ADULTOS
Afortunadamente, la proporción de cáncer que aparece en la edad considerada pediática (0-15 años) es pequeña en relación con la incidencia global del cáncer en humanos. Es necesario recordar también las sustanciales diferencias que existen entre las neoplasias infantiles y las del adulto. Los tipos histológicos predominantes en la infancia son los embrionarios y los sarcomas frente a los carcinomas en el adulto.
LA ONCOLOGÍA DEL ADOLESCENTE Y ADULTO JOVEN
Un aspecto de la asistencia oncológica, que ha ganado una especial importancia en los últimos años, es la denominación oncológica del adolescente y adulto joven.
Existe el convencimiento progresivo entre los oncólogos de que el grupo de población de adolescentes y adultos jóvenes con cáncer precisan de una atención y cuidado especial. La realidad es que durante años, la oncología ha estado dividida en dos grandes grupos, la oncología pediátrica y la oncología de adulto, habiendo entonces sido relegado a los pacientes entre 15 y 24 años en una tierra de nadie.
Entiendo que debe de existir una colaboración entre los servicios de Oncología Pediátrica y de adultos para desarrollar nuevos protocolos para estos pacientes, incluirlos en ensayos clínicos y que se debe crear un escenario adecuado para que se desarrollen el conocimiento científico, el apoyo psicológico y sobre todo que este grupo de edad, se sienta acogido y comprendido.
OBJETIVO
Con el objetivo de no solo curar al mayor número posible de los niños con cáncer, sino curarlos “bien”, es decir sin secuelas y también sin alteraciones psicológicas y sociales a largo plazo, el Dr. Madero trabaja con un amplio equipo multidisciplinar de diferentes ámbitos sanitarios.
NUESTRA DEDICACIÓN AL CÁNCER INFANTIL
El cáncer infantil ha ido adquiriendo a lo largo de los últimos años una importancia progresiva en el ámbito de la pediatría. La disminución de la mortalidad por otras patologías ha otorgado a los tumores un papel cualitativamente muy importante en la patología infantil. Actualmente y a partir del primer año de vida, el cáncer es la segunda causa de mortalidad infantil tras los accidentes (término en el que se incluyen las intoxicaciones accidentales, los traumatismos e incluso recientemente los malos tratos y abusos infantiles).
En nuestro país y desde el año 1980 existe el denominado Registro Nacional de Tumores Infantiles que nos proporciona datos de cuales son los cánceres pediátricos más frecuentes.
En la tabla aparecen la distribución de los distintos tipos de cáncer en nuestro país
TIPOS DE CÁNCER INFANTIL
Las leucemias representan más de la tercera parte de las neoplasias en el niño y menos de un 5% en la edad adulta. Los cánceres infantiles tienen generalmente localizaciones anatómicas profundas, no afectan a los epitelios y no suelen provocar hemorragias superficiales ni exfoliación de las células tumorales y por tanto, algunas de las técnicas del “screening” que se utilizan en adultos no resultan eficaces. Así en la mayoría de los casos el diagnóstico del cáncer infantil, se realiza de forma accidental y también en muchos casos en fases avanzadas de la enfermedad.
DIFERENCIAS ENTRE EL CÁNCER INFANTIL Y EL DE ADULTOS
Afortunadamente, la proporción de cáncer que aparece en la edad considerada pediática (0-15 años) es pequeña en relación con la incidencia global del cáncer en humanos. Es necesario recordar también las sustanciales diferencias que existen entre las neoplasias infantiles y las del adulto. Los tipos histológicos predominantes en la infancia son los embrionarios y los sarcomas frente a los carcinomas en el adulto.
LA ONCOLOGÍA DEL ADOLESCENTE Y ADULTO JOVEN
Un aspecto de la asistencia oncológica, que ha ganado una especial importancia en los últimos años, es la denominación oncológica del adolescente y adulto joven.
Existe el convencimiento progresivo entre los oncólogos de que el grupo de población de adolescentes y adultos jóvenes con cáncer precisan de una atención y cuidado especial. La realidad es que durante años, la oncología ha estado dividida en dos grandes grupos, la oncología pediátrica y la oncología de adulto, habiendo entonces sido relegado a los pacientes entre 15 y 24 años en una tierra de nadie.
Entiendo que debe de existir una colaboración entre los servicios de Oncología Pediátrica y de adultos para desarrollar nuevos protocolos para estos pacientes, incluirlos en ensayos clínicos y que se debe crear un escenario adecuado para que se desarrollen el conocimiento científico, el apoyo psicológico y sobre todo que este grupo de edad, se sienta acogido y comprendido.
